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Cantos de sirena   

Una de las cosas que he aprendido a lo largo de mi vida es a separar la ficción de la realidad, pero si hay algo que no he sido capaz de resistir, esos son los cantos de sirena.
Escuché una voz que me decía que lo que andaba buscando, mi piedra filosofal, había sido robada. ¡Robada! ¿Quién sería tan miserable cómo para...?
Lo que yo buscaba era el libro. El Libro. Esperaba encontrarlo. Pero nunca pensé que alguien se me adelantaría. Alguien como él, la Sombra Errante, que merodea, y que ordena a su séquito de colaboradores. Esperaba encontrarlo, y esperaba encontrar el libro. Sin dudarlo, volví a escuchar la voz. Una radio marchita era lo único que me quedaba, mi única pista para encontrar el libro, el Libro que había sido robado...por la Sombra Errante...
Apagué la radio. Ya no podía perder más el tiempo. Tanto la voz como yo sabíamos ahora lo mismo. Pero no sabíamos lo que Él planeaba hacer con el Libro.
El libro de Tirso, tanto tiempo añorado, y perdido, una vez más. Nunca fue extraviado, tan sólo oculto. Pero perdido de todas formas, para los ojos de los puros como nosotros...
Y pensaba dar con él.
¿Cómo sabía que la Sombra había robado el libro? Simplemente, porque yo soy parte de la Sombra. En cierto modo.



Autor Lamaloth - letra C
pag-c-01-c01.htm
Texto alternativo, al pasar el puntero del raton aparecera el texto.

A - Tinta negra